El año pasado durante unas jornadas realice una presentación donde explicaba mi particular opinión sobre el legado que nos dejó Steve Jobs. Durante estos días, a punto de entrar en vigor la nueva normativa de RGPD, no he podido evitar pensar en esto.
Todos reconocen su increíble talento, el fantástico diseño de los productos que creó y como consiguió cambiar el mundo, pero ¿Ese nuevo mundo es realmente mejor?. En la actualidad el 70% de la población dispone de un smartphone, un dispositivo totalmente vulnerable a un ataque, que contiene toda nuestra información personal, gustos, amistades, conversaciones, contraseñas, posicionamiento gps, ideas políticas y religiosas…
Seguramente Steve Jobs no pensaba en el mal uso que se podría hacer de sus productos. Nuestra privacidad nunca a estado tan expuesta, necesitamos medidas que nos protejan de aquellos que quieren utilizarla para obtener algún tipo de beneficio o causarnos daño, aunque somos nosotros mismos los que tenemos que dar el primer paso.
«Se ha vuelto terriblemente obvio que nuestra tecnología ha superado nuestra humanidad.»
Albert Einstein.